Cuando a los niños se les cae un diente, el Ratoncito Pérez, acude por la noche sin ser visto a recogerlo. A cambio, les deja un regalito. Pero... ¿Qué hace con tantos dientes?. Pues cansado de la cueva donde vive, y pensando que las pelusillas y la paja son muy flojas para la construcción de su morada, decide que un castillo de dientes, será lo más apropiado.
Y así de precioso queda su castillo al final de la historia:
Después de escuchar la historia, estuvimos hablando de la importancia de tener una buena higiene dental, de los dientes de leche, de los definitivos, de la edad en la que empezarán a caerse...
Ésta, es la careta de ratoncillo que cada niño hizo en la clase al finalizar el cuento. Es de gomaeva. Los niños pegaron las orejas y dibujaron con rotuladores los bigotillos.
Y tuvimos la grandísima suerte de que el Ratoncito Pérez nos preparara una bolsita de monedas de chocolate para cada uno.
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