Éste es para mi uno de los mejores cuentos (por no decir el que más) para explicar la inclusión a los niños.
Porque a través de una historia muy, muy sencilla y comprensible para ellos, intenta transmitir la comprensión y aceptación de las diferencias, así como la necesidad de cambiar y adaptar el entorno y las personas que rodean al niño (a Cuadradito).
Porque a través de una historia muy, muy sencilla y comprensible para ellos, intenta transmitir la comprensión y aceptación de las diferencias, así como la necesidad de cambiar y adaptar el entorno y las personas que rodean al niño (a Cuadradito).
Cuadradito, juega con sus amigos los Círculos.
Cuando termina y quiere entrar como el resto, no puede, no cabe por el hueco circular disponible. Así es que después de intentar cambiar él encogiéndose, alargándose, pensando incluso en recortarse las esquinas...
deciden entre todos que la mejor opción es cortar la forma circular de la entrada adaptándola para que pueda entrar Cuadradito "Por cuatro esquinitas de nada...".
VÍDEO
En nuestras aulas todos tenemos Círculos y Cuadrados. Es cierto que la Administración no nos lo pone nada fácil para favorecer la inclusión en un aula ordinaria, ya que los recursos físicos, materiales y personales, son muy escasos, por no decir prácticamente nulos.Pero no podemos quedarnos de brazos cruzados lamentándonos por ello. Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que ese camino sea posible. Tenemos una gran responsabilidad con la vida de esos niños, y la obligación de favorecer su día a día en la clase, haciendo lo posible y lo imposible porque se sientan a gusto, sean felices y avancen en la medida de sus posibilidades. Para ello, nuestra actitud y voluntad es fundamental. Y se puede hacer mucho, muchísimo. Otro aspecto importantísimo es la formación del profesorado. Debemos estar formados e informados y reciclarnos continuamente. Aceptarlo también como una oportunidad de aprendizaje y evolución personal increíbles.
Y para el resto de los niños de la clase, es una maravillosa oportunidad de adquisición de actitudes, comportamientos y formación de valores en unas edades muy tempranas que en otras circunstancias, no serían posibles. Muchas personas adultas deberían aprender de la empatía, comprensión, cariño, paciencia, atención, acercamiento, ayuda y colaboración mostrada por mis niños, para entre todos, recortar las cuatro esquinitas de nuestra clase. Qué grandes maestros tenemos en los niños, y qué poco sabemos apreciarlo a veces... Incleíble Monstruitos, la lección de vida que dáis cada día con vuestra actitud. Por supuesto, nuestro papel como adultos para favorecerlo día a día, es fundamental.
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